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Miami Horror pasó por Córdoba y estuvo increíble

Hacía mucho tiempo que no tenía tantas expectativas respecto de ver una banda en vivo. Gracias al festival La Nueva Generación, estábamos por disfrutar a Miami Horror en Córdoba, y nada más y nada menos que en Club Paraguay, es decir, tenerlos cerca todo el tiempo.

Luego de que Nina nos hiciera bailar un rato, los australianos subieron al escenario como si tocaran todos los fines de semana, como si tuvieran familiaridad con el público y con el lugar. El arpegio de American Dream sirvió para que empecemos a gritar de emoción y cuando entró toda la banda, ya estábamos bailando. Durante las primeras canciones hubo un ligero problema con el micrófono, pero la gente no paró de alentar a la banda, lo que fue agradecido reiteradas veces por ellos.

Si había una canción para que se solucione el problema, esa era Real Slow, el primer gran hit que sonó. Teniéndonos a todos hipnotizados, el líder dijo que iban a intentar hacer la siguiente canción (Leila) en español. La gente aplaudió, pero luego de una risa, dijo que todavía faltaban dos canciones antes de que llegue su último corte. Previamente, Josh Moriarty (el cantante) se dio el gusto de escalar y trepar por los diferentes muros y parlantes de Club Paraguay, cantando desde las alturas.

El cierre fue perfecto con Sometimes y Holidays. Visiblemente emocionados, saludaron al público. Nosotros estábamos contentos pero tristes a la vez, porque al estar tan cerca del escenario, podíamos leer el setlist y sabíamos que finalizaba el show. Sin embargo, ante el pedido incesante de la gente durante más de diez minutos, Miami Horror volvió al escenario, y nos deleitó con tres canciones más, cerrando con Out of Sight.

Lo más increíble de todo fue que terminado el show, el cantante se acercó a firmarme la lista de canciones, y se quedó hablando un buen rato. Le ofrecí un poco de fernet, el lo rechazó, dijo que si bien no era adepto de la bebida italo-cordobesa, tampoco consumía alcohol. (Al menos en el último mes). Le pregunté por su adicción a las alturas. Le dije que había tenido la suerte de verlo en el Coachella 2016 y que me había sorprendido, igual que hoy, verlo trepar por las torres de sonido y cantar a varios metros de altura. Le pregunté, entre risas, si su extraño hobbie nada tenía que ver con el alcohol, a lo que me respondió, “no, es natural, ja”. Luego nos quedamos hablando sobre música y sobre su nuevo EP, The Shapes. En síntesis, un cierre soñado para una noche espectacular en Córdoba Capital.

Por German Robert

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